(...)y
por las calles la sangre de los niños
corría
simplemente, como sangre de niños.
Pablo Neruda
En Venezuela matan a los niños. En Venezuela un niño se arrodilla frente a la casa de un gobernador con el pecho lleno de la sangre de su hermano asesinado. La muerte nos tiene sitiados, nos rodea, nos acecha, nos espera detrás de cada esquina. Venezuela es un matadero. Niños salen de sus casas y más nunca regresan. Se mueren los hijos, los amigos, los hermanos, los compañeros de clase. Los matan. La desolación triunfa. Cada uno de estos niños muertos nuestros es uno de esos "golpes del odio de dios". Este luto que no termina. Niños asesinos. Niños matando niños.
Geraldina Méndez
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