miércoles, 12 de noviembre de 2014

Geraldina, agente ucraniana en Venezuela...por Andriy Lyubka



Mi nuevo amigo Andriy Lyubka, joven, activo y talentoso poeta ucraniano de la ciudad de Úzhgorod, graduado en Estudios Balcánicos de la Universidad de Varsovia, a quien tuve la oportunidad de conocer en mi reciente viaje a la ciudad de Rio de Janeiro, ha escrito esta hermosa columna sobre mí en una revista digital ucraniana. En agradecimiento he decidido traducirla del ucraniano al español:

"En el mes de septiembre el destino me llevó a conocer a una persona maravillosa que ama a Ucrania y se esfuerza en ayudarnos en nuestra compleja situación actual, y lo hace desde la lejana Venezuela.

Nos conocimos en Brasil, en Rio de Janeiro. Junto al poeta brasileño Ricardo Domenec fui a un paseo nocturno por la legendaria playa de Copacabana, en donde debíamos encontrarnos con una amiga común, músico. Ella vino al encuentro con unas amigas, una de las cuales resultó ser una pianista de fama mundial (sic) venida de Venezuela. Cuando en el momento de presentarnos escuchó que yo era de Ucrania, me saludó en ruso. Eso en un principio no me gustó, pues el que alguien hable en ruso no significa que uno deba comunicarse en ese idioma, pues siempre está el inglés.

La pianista venezolana se llama Geraldina Méndez. Más tarde, luego de conversar bastante, resultó que no sólo sabía ruso, sino que había vivido en Ucrania unos cuantos años. Había recibido educación aquí al comienzo de los años noventa, y exitosamente culminó el conservatorio kievita. Naturalmente, para ella encontrarse por casualidad con alguien de Ucrania en Rio de Janeiro era un raro acontecimiento, por lo que el resto de la noche la pasamos hablando de la situación actual. Geraldina me dijo que había visto en fotos las construcciones en Majdan Nezalezhnosti (la Plaza de la Independencia, en el centro de Kíev –nota del traductor-) y que el centro de la ciudad ya no era el mismo de sus años de estudiante. Yo en respuesta le expresé mi descontento de que hubiera estudiado en nuestro país en sus peores años de destrucción y caos, pues en la actualidad le hubiera gustado mucho más. Y agregué que al frente de su Conservatorio se levantaron barricadas en la hora de la revolución, y “extremistas” tocaban el piano.

Geraldina se encendió y me dijo que había seguido atentamente la Revolución de la Dignidad y sufrido por un pueblo y nación para ella tan queridos. Más que eso, ella misma había decidido traducir información actual y verdadera al español, para divulgarla en Venezuela. Haciendo eso se opuso a la poderosa propaganda y “zombización” rusa.  Era lo que podía hacer en la medida de sus posibilidades y desde su país. Es de lo que debería ocuparse nuestro gobierno pero no le sale bien, por lo que la iniciativa la toman en sus manos voluntarios, entusiastas, ucrainófilos provenientes de las más diversas culturas y países.

Nos hicimos amigos en Facebook, y de vez en cuando intercambiamos información. Geraldina se interesa por la literatura actual ucraniana, decidió probar leer en ucraniano. Ella es una verdadera agente ucraniana, que ama y populariza a Ucrania. Aunque se encontró con nuestro país en sus peores años, eso no le impidió amar al pueblo ucraniano. Actualmente usa su experiencia, conocimientos, posición para apoyar a Ucrania. A personas así las debemos conocer, deberían recibir nuestro agradecimiento pues realizan una importante labor. Sería bueno invitarla a participar en algún festival musical ucraniano, a ella le gustaría ver el querido Kíev y cómo éste ha cambiado en los últimos quince años. ¡Y ahora, simplemente gracias, Geraldina, agente venezolana ucraniana!"

El enlace original pueden verlo aquí

                                                      Andriy Lyubka, poeta ucraniano 

viernes, 22 de agosto de 2014

Trabalenguas

En un ambiente enrarecido como en el que vivimos ahora, uno quiere decir/escribir algo que antes decía/escribía sin pensar y se paraliza. Todo ahora significa otra cosa, todo, sin querer uno, se carga de otros significados. Vivimos en un trabalenguas, sostenidos por homilías inútiles. Caminamos sobre palabras como sobre cáscaras de huevo. Caminamos por la calle y nuestra vida es una cáscara de huevo.

Despojo

Primero la pesadilla de trámites que deberían alegrarnos y en cambio nos aterrorizan: el corazón dividido, indeciso, asfixiado.

Luego la peregrinación triste que es ahora ir a comprar víveres, la desesperación silenciosa de no conseguir algo o ya no tener con qué pagarlo, iluminada por la conversación sazonada de sonrisas con los dependientes del abasto o las cajeras de la panadería, me hace aferrarme a la esperanza de que hay cosas de las que no pueden despojarnos.

lunes, 9 de junio de 2014

Disonancias


La nostalgia es una traidora de los malos recuerdos. ¿Qué hacer con ella, dónde ponerla? Pues se instala en los huesos y los ablanda, y hace eso con todo aquello que endurecemos para sobrevivir lo arrebatado.

El lugar para nuestras pequeñas tragedias personales son todas esas disonancias con las que incómodamente tropezamos cuando leemos música nueva. En lugar de huir hay que detenerse en ellas, mostrarlas como cicatrices. Pues como dice el maestro Abraham Abreu, este es un buen momento para estar tristes.



viernes, 4 de abril de 2014

Метаморфоза


Наша страна никогда не будет такой же как и была и не будем мы на неё одинаково смотреть. Теперь мы знаем o чём идёт речь, точно знаем. Время течёт, a ужасные события остановятся меньше подданным разным интерпретациям, а являются более повседневными фактами которых нужно как-то понять. Надо же иметь хорошую пару глаз чтобы каждый день посмотреть на метаморфозу звери, что корчит от боли, в которую наша страна превратилась последнее время. 

Невидимый забор медленно закрывается вокруг нас. Музыка не может не измениться, ни слова, ни поющий голос. Нужно цепляться к свету но посмотреть прямо в темноту. Страна горит по венам.

А всё таки жизнь как-то продолжается. Всё таки, пока выживем, жизнь настаивает. Жить, даже уменьшённой жизнью -это тоже восстание.


Геральдина Мэндес


Metamorphosis


Our country will never be the same under the sun and neither our gaze. Now we know the truth, with certainty we do know it. As time passes by, the events have turned less a matter of interpretation and more a catching up with reality. Those events have given us new eyes for facing the metamorphosis of the writhing in pain animal which our country has become day by day.

A fence is increasingly narrowing around us and our lives. Music can’t ever be the same, neither the words, or the singing voice.  We have to hold onto light but looking directly to the darkness. The country burns in our veins.

And yet, there’s a life out there. Yet, while surviving, life insists. Continue living, even a reduced life, is also resistance. 



Geraldina Méndez


(Translated by G.Méndez & Verónica Galicia)


Entre palabras, verdades y caos


La distancia entre la palabra y la realidad detrás de ella es un camino con muchos desvíos. Sobre cualquier idea existen dos polos opuestos y todos los tonos de gris entre ellos, lo cual hace prácticamente imposible poder declarar algo como “la verdad”. Cualquier intento al respecto peca de ingenuo. Si a esto sumamos todas las interpretaciones posibles a las palabras que describen estas ideas tenemos delante de los ojos un panorama al menos vertiginoso.

A las palabras verdaderamente no se las lleva el viento. Una vez fuera, pronunciadas, escritas, son leídas, oídas, y ese eco afecta vidas humanas. Así, pueden salvar o prestarse a cazas de brujas. Las palabras no son inocentes.

Cuando la agresión impera por largo tiempo uno puede terminar acostumbrándose a ella. Habría que dar un par de pasos atrás y darse cuenta de que todo podría ser dicho de otra forma, de que siempre hay algo detrás de lo que se dice, y no es precisamente la verdad sino la intención. La intención da direccionalidad a la palabra, como el arco impulsa la flecha. Una vez tal flecha abandona el arco, se abre la caja de Pandora. Nadie tiene la medida de la distancia, del impacto en el blanco, del posible pero casi seguro daño, pues nadie conoce las condiciones del otro, nadie realmente puede caminar en zapatos ajenos.

Todos tienen derecho al silencio. Nadie puede obligar a otro a pronunciarse. Nadie tiene derecho a acusar y señalar a quien en público no se pronuncie, pues no sabe qué puede estar aportando en privado. Esas purgas empeoran todo el panorama, enrarecen el ambiente y lo hacen aún más irrespirable. El silencio es un derecho humano.

Y ya no hay silencio. Este es un carnaval al revés: todos se quitan las máscaras y muchos escupen en las caras desnudas de los otros.

La desesperación es un lujo que no podemos permitirnos, porque estamos demasiado ocupados en sobrevivir.



Geraldina Méndez


jueves, 3 de abril de 2014

La metamorfosis


Nuestro país nunca será el mismo bajo el sol porque nuestra mirada ya no puede ser la misma. Ahora sabemos, con certeza sabemos. Cada vez es menos una interpretación y más un ponerse al día, tener ojos para enfrentar día a día la metamorfosis del animal retorcido de dolor en que se ha convertido.

Sobre nosotros y nuestras vidas se cierne un cerco que cada vez se estrecha más y más. La música no puede ser la misma, las letras no pueden ser las mismas, la voz no puede ser la misma. Hay que aferrarse a la luz pero mirar de frente a la oscuridad. El país quema en la sangre.

Y aún así, hay una vida allá afuera. Aún así, mientras sobrevivamos, la vida insiste. Seguir viviendo, aún una vida reducida, también es resistencia.


Geraldina Méndez


martes, 18 de marzo de 2014

El maestro Valentín Silvestrov se pronuncia durante una master class en Kíev


"En el principio estaba la palabra, la música vino después, así que comenzamos con la palabra de Tarás Shevchenko:

Cada quien tiene su destino
y su camino ancho:
uno construye, otro destruye;
ese ojo que no se sacia
mira hacia el fin del mundo:
¿acaso no hay otro país más
que saquear y consigo
llevarse a la tumba?

Escribió Lermontov: nos despedimos de esa Rusia, país de señores y esclavos, y nosotros nos vestimos de celeste y ustedes escucharán a su pueblo. Estas son estrofas de lamento. Pero ¿qué es esto? El gran poeta ruso pronuncia versos así y cuando miras ¿qué han hecho de Rusia? Han avergonzado el rostro de Rusia y lo han ensuciado de mierda política. Pero es que el rostro de Rusia es el de una gran cultura, la verdadera cultura, no la vacía de los tiempos del zar y de la época soviética sino la verdadera, la que siempre estuvo en contra de los sinvergüenzas del régimen zarista y de los sinvergüenzas soviéticos. Miren: el rostro de Rusia es el de Tchaikovsky, Pushkin, Lérmontov, Dostoyeski, Berdiayev, los santos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, esa es la Sagrada Rusia y no esta que nombran los de las Centurias Negras, quienes dicen que ellos luchan por la sagrada Rusia y no pueden decir una palabra en ruso porque solo saben decir groserías, esos probablemente no saben ni quién es Pushkin pero dicen vulgaridades e invocan a la sagrada Rusia. El rostro de la Rusia soviética no es Stalin porque ese no es sino una vergüenza así como los alemanes no son Hitler, sino que el rostro de Rusia es Pasternak, Ajmátova (no Ajmétov sino Ajmátova) , es Mandelstam, Solzhenitsyn, Shalámov, Platónov, Shostakóvich, Prokófiev: ese es el rostro de Rusia, y ese rostro es el que se gana al mundo, y no las bayonetas. En todas esas encuestas en Rusia no hay hechos, todo son mentiras, lo demuestra el que digan que aquí los banderistas andan con ametralladoras. ¿Dónde? Miren lo que ustedes hacen en Crimea, ahí eso sí es verdad. Ahora resulta que nuestro Taras Shevchenko es un banderista, porque es nacionalista. Ahora resulta que se puede ser ruso nacionalista, pero si se es un nacionalista ucraniano eso significa que se es un banderista. Eso que hacen es la peste pero no la negra sino la peste de las Centurias Negras. 

Cuando en el año 1905 dispararon contra la manifestación en el Palacio de Invierno el gran compositor ruso Rimski-Korsakov era director del Conservatorio y fue expulsado por apoyar a los estudiantes que protestaban por la masacre y entonces Glazunov renunció a su cargo de profesor en dicha Institución en apoyo al susodicho. ¿Y dónde están nuestros músicos notables, como Georgiev, dónde está su protesta? Esto es un desastre

Cuando salen a protestar 30 personas por supuesto que las reprimen. ¿Pero qué pasa si salen a la calle millones, de profesores, maestros, millones, con un solo lema: detengan esta locura, paren esto? Entonces esto se solucionará."

Traducción: Geraldina Méndez

lunes, 3 de marzo de 2014

Cómo empieza una guerra, por Katerina Smotrich



02.03.2014. Escrito por Katerina Smotrich. Traducido del ruso al español por Geraldina Méndez. 
(Publicado en el periódico digital ucraniano "Українська правда".


El 1ero, creo, de Marzo de 1992 llegó papá de su trabajo como siempre. A las siete. Él y mamá se encerraron en la cocina como por quince minutos. Después él, mientras, ahora lo entiendo, mamá recogía sus cosas, nos llamó a mí y a mi hermano a la cocina. Yo tenía 9 años.

Mi papá, revolviendo la ya vacía taza de té, nos dijo que se iba a la guerra. Que había comenzado la guerra. Esa que después se llamaría "conflicto Moldavia-Transnistria." 

Yo le dije que eso no podía ser porque nosotros habíamos vencido a los alemanes hace muchos años. En mi libro de historia, mira, ahí está escrito.

Él tomó sus cosas y se fue. A partir de ahí me dejó para siempre en la cabeza la palabra "movilización" y a mi mamá su sueldo. La casa quedó muy silenciosa y mi mamá dejó encendida la luz de la entrada. Toda la noche. Toda la noche hasta que amaneció miré esa luz a través de la puerta entreabierta de mi cuarto.

En una semana no quedó en mi salón de clases ni un niño cuyo padre no se hubiera "ido". Y en una semana más cerraron la escuela.

Luego de eso estábamos acostados en el suelo del apartamento de los Kamnev, con la luz apagada, y la tía Ira lloraba más fuerte que todos, porque disparaban a las ventanas. Supimos, mucho antes que cualesquiera otros niños, lo que era BTR, AK 47 y F-1.

Después trajeron al tío Yura del tercer edificio, al tío Sasha y a unas 20 personas. En ataúdes. Yo no pensé que eso era posible. Porque hacía dos semanas que el tío Yura bebía té en nuestra cocina. Al finalizar los funerales mi mamá reunió un poco de comida para los familiares de esas personas repitiendo: "-A nosotros no nos pasará eso, a nosotros no nos pasará eso ¿verdad, niños?"

Dos veces vino a casa papá. Por tres horas. Flaco, sucio, sin afeitar, oliendo a tierra, con ojos ajenos. Mi mamá casi no lloraba. Le contaba chistes, y lloraba solo de noche, cuando él se iba. Cada noche yo únicamente me dormía cuando ella comenzaba a llorar. Hasta que no lo hacía a mí me daba terror de que dejara de respirar. 

Después fueron los sótanos de mi casa de infancia, donde todavía muchos años después estaba escrito en pintura roja "refugio".

Y luego a mi hermano y a mí nos llevaron de una abuela a otra. En Ucrania. Y no podíamos llamar a mamá por teléfono. Y la abuela trataba de suavemente "prepararnos" para los diferentes posibles escenarios resultantes, como ahora comprendo.

Recuerdo esa sensación de no entender por qué al mundo entero le da igual. Tú podrías no ver más a tu mamá y a tu papá. ¿Por qué a toda esta gente le da igual?

Entonces tú, que eres un niño, tiemblas de ira, rabia e injusticia, y hasta la mañana no te puedes dormir. Tú mañana tienes que ir a la escuela junto con niños desinteresados para quienes tú eres una refugiada. Porque eso dijo la maestra.

Yo no sé qué hacían mis familiares en Ucrania en esa época, pero yo, ya después de la guerra, miraba un álbum samizdat* en papel barato: "Los Bender. Ejecutados e indómitos"  y trataba de no encontrarme con mi papá cuando volvía del trabajo. Tenía miedo de que nos llamara a la cocina.

Hoy mi padre vive conmigo, en la misma casa, en Ucrania. Si es temporal o permanente, eso aún lo resolvemos. Y hoy en día no puedo explicarle a quienes no estuvieron con nosotros en esa cocina en el '92 por qué soy más temerosa que los demás y por qué lavo y plancho dos veces toda la ropa de cama y dos veces limpio el piso. A lo mejor para que él no me llame a la cocina.

Este texto no tiene ningún fin educativo y yo no sé si me entenderán aquellos a los que aún les da igual el que Senya se parezca a una liebre.*

Yo no sé si están conscientes de su dicha aquellos que conocen la guerra por los libros de historia.

Pero con seguridad les digo que mi esposo no se va a ir a luchar solo. Él tendrá un desesperado, un molesto, un fiel, y sobre todo un experimentado Sancho Panza que yo, en esencia, soy para él en una cotidiana, pacífica y tan lejana ahora vida. 


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*Nota del traductor: Samizdat fue una forma clandestina de distribuir literatura prohibida por el régimen soviético, que se realizaba haciendo tirajes cortos esperando que quienes recibieran las copias las reproducirían y distribuirían a veces incluso en forma manuscrita.

**Nota del traductor: Senya es el diminutivo del nombre del político ucraniano Arseni Petróvich Artseniuk quien desde el 27 de Febrero del 2014 es el primer ministro interino de Ucrania. El juego de palabras proviene del hecho de que el político parece efectivamente una liebre y de que el diminutivo de su nombre hace recordar a un muñeco de un programa infantil soviético "Buenas noches, pequeñines" llamado Senya la liebre.

jueves, 27 de febrero de 2014

Joseph Goebbels - Los once principios de la propaganda


Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.