jueves, 10 de diciembre de 2015

Le pays inaliénable

Les cris se perdent dans l'immensité de mon pays. Rafael Cadenas


Les Yanomami (unes des autochtones du Venezuela) consomment les cendres de leurs morts. Ainsi ils convertissent à leur le sol sous leurs pieds. Ils prennent son pays avec eux, en tant que nation c’est la terre où on enterre ses morts.

Je ne sais pas comment écrire de l'espoir. Je ne suis pas une croyante et là-bas nous embrassons la désolation. L'abîme nous regarde dans les yeux. La perte est un état de siège.

Combien de fois nous avons voté, combien de nuits nous attendions les résultats, combien de fois nous sommes étés humiliés, insultés, battus, combien de celui qui était notre ils nous ont arraché, combien ils nous ont changés, combien d'entre nous sont étés emprisonnés, combien d'entre nous sont étés tués.

Pendant les dernières heures nous nous avons fait compagnie les unes à les autres de la meilleure façon que nous pouvions, et il n'y avait pas de distance insurmontable. Nuit  je me suis rendue compte dont nous n’avons pas jamais cessé d'en faire. Nous avons été présents, nous avons bu jusqu'à la dernière goutte amère, et nous y continuerons.

Nomades, certains d'entre nous portent Venezuela à l'intérieur. Le pays où nous sommes nés n’arrêt pas de blesser. Où que nous soyons, là nous sommes tous ensemble. On peut quitter le pays, mais le pays ne s’en va pas. Personne ne peut pas l'enlever. Et que n’ose pas quelqu’un une autre fois nous refuser le droit de le posséder. Si tel s'arrive à passer, nous le récupérerons et il aura quelque chose, comme s’a passé ce 6 décembre, qui restera inchangée en nous, et comme aujourd'hui, Décembre 7, nous nous verrons nous-mêmes et nous nous reconnaitrons.

Comme Viktor Frankl, psychiatre juif viennois qui a survécu à un camp de concentration a écrit: "La liberté, cependant, n’est pas le dernier mot prononcé. La liberté est seulement une partie de l'histoire et la demi-vérité. La liberté n’est plus que l'aspect négatif d'un phénomène dont l'aspect positif est la responsabilité."

Hier, comment a écrit notre poète Rafael Cadenas, nous avons donné à notre pays «une fleur incroyable».


Geraldina Mendez

7 Décembre  2015

lunes, 7 de diciembre de 2015

El país inalienable

Los gritos se pierden en la vastedad de mi país. Rafael Cadenas 




Los yanomamis consumen las cenizas de sus muertos. Así convierten en suyo el suelo que pisan. Se llevan a su país consigo, pues nación es esa tierra donde entierras a tus muertos.

Yo no sé escribir de la esperanza. No soy creyente y nos abraza la desolación. El abismo nos mira a los ojos. La pérdida es un estado de sitio.  

Cuánto hemos votado, cuántas noches esperado, cuánto nos han humillado, insultado, golpeado, cuánto nos han arrebatado, cuánto nos han cambiado, cuántos de nosotros presos, cuántos asesinados. 

Durante las últimas horas nos hemos acompañado de la mejor forma que hemos podido, y no ha habido distancia infranqueable. En la madrugada entendí que nunca ha dejado de ser así. Hemos estado presentes, hemos bebido hasta la última gota amarga, y lo seguiremos haciendo.

Nómadas, algunos de nosotros llevamos el país por dentro. El país donde nacimos no deja de doler. 

Estemos donde estemos, estamos todos juntos. Uno podrá irse del país pero el país no se va de uno. Nadie puede quitárnoslo. Y que más nunca nadie se atreva a negarnos el derecho a poseerlo. Lo volveremos a recuperar, y habrá algo, como este 6 de diciembre, que permanecerá en nosotros inalterable, y, como hoy 7 de diciembre, lo veremos y nos reconoceremos. 

Como escribió Viktor Frankl, psiquiatra judío vienés que sobrevivió a un campo de concentración: "La libertad, no obstante, no es la última palabra. La libertad sólo es una parte de la historia y la mitad de la verdad. La libertad no es más que el aspecto negativo de cualquier fenómeno, cuyo aspecto positivo es la responsabilidad." 

País mío, te bendigo, pero no desde la magia de dioses imaginarios en los que no creo, sino desde la visceral, mutua y fatal pertenencia.




Ayer, como escribió nuestro poeta Rafael Cadenas, le hemos entregado a nuestro país "una flor sorprendente".



Geraldina Mendez


domingo, 6 de diciembre de 2015

Le pays impalpable

Nous venons d'un monde irréparable

Hélène Dorion


Ayant été dépouillés fait de nous les citoyens d'un pays impalpable. Arrêtons-nous sur la souffrance, pour un moment. Ne l’évitons pas avec un positivisme hâtive et de pacotille. Dans la dépossession nous devons couler, il faut que sa viscosité passe à travers de nos narines et envahisse nos poumons jusqu’à le sanglot, ce que nous retenons chaque jour. Noyons nous dans ces sables mouvants où tout ce qui ne bouge pas est en train de couler et ce qui désespérément secoue, descende plus rapidement. La dépossession a sa propre beauté. Le pays où nous sommes nés vit maintenant à ce couloir absurde dans lequel nous nous trouvons, perdus du temps, de la chronologie de notre histoire, en  l'oubli momentané de tout ce que nous ne pouvions pas faire, de ce que nous n’avions pas. Peut-être plus vivant dans la conscience brûlante de ce que nous avons perdu. Le déni et l'indifférence sont irrecevables. Car telle est la vie qui reste à notre pays: que nous continuons à faire ce que nous faisons, mais signalés par l'ange exterminateur qui a marqué toutes nos portes. Ainsi, est retourné a nous le pays que nous ne pouvons pas toucher non plus.

Geraldina Mendez


sábado, 11 de julio de 2015

Envidia de la muerte

Camino por cementerios interminables, solitarios, húmedos. El único ruido es el de los nombres y apellidos escritos en tantas lápidas, gritando que existieron, que estuvieron vivos, y a mucha honra.

Pienso: ¿por qué no viene nadie?¿Por qué sólo están los que cortan la grama, que apenas levantan la mirada, como avergonzados de estar vivos entre tanta belleza detenida? Me miran como si los descubriera en algo sucio, como preguntándome por qué camino yo y cruzo un cementerio, como si por estar viva me encontrara completamente fuera de lugar, en vez de ocupar un espacio bajo la tierra.

Veo las lápidas y pienso en tantas lágrimas y en tantas flores inútilmente sacrificadas y me da rabia. Pienso en la ceniza en la que quiero convertirme, en que no quiero un espacio bajo el sol cuando mi sangre ya no corra,  en que quisiera ejercer mi derecho a desaparecer del todo, sin dejar rastro ni obligaciones a otros de visitarme y celebrar la interminable y tediosa ceremonia de sufrir.

Quiero el olvido; quiero que mis nombres desaparezcan conmigo de la faz de la tierra. Quiero haber sido y no ser más nunca. La muerte es para eso. Para irse. Para morirse para siempre.

Luego el silencio me ensordecía. Miraba las tumbas torvamente. Hasta para estar inmóviles y callados son insistentes los muertos: parecen estar juntos en eso. Supongo que de ahí han sacado esa idea de que en algún lugar siguen vivos, uniformes, contentos de no tener calor ni hambre. Me parecía que sus lápidas se burlaban duramente de mí, con su mirada gris. De mí, apurada, con sed, con ganas de ya salir de al lado de esa fila interminable de interminables y callados muertos.

¿Por qué la furia? Porque de repente empecé a desear quedarme. Me imaginaba ser uno de ellos, sin estaciones, sin tener que elegir qué vestir. Apuraba el paso pero inevitablemente me contagiaba la pesadez de tanto silencio. Caminaba y las piernas me sobraban, los pasos perdían todo su sentido. Sentía que flotaba y no iba a ningún lado. Me contagiaban esos muertos de su muerte. De pronto esa vida vaciada de ellos comenzó a tener sentido, a parecerme deseable.


No quiero volver a caminar por esos hermosos cementerios, porque les tengo envidia a los muertos.


Geraldina Mendez



Cansancio de la felicidad


La tristeza es el descanso. Agota la obsesión por la felicidad. La felicidad es un trabajo. Hay que ejercer el derecho fundamental a la taciturnidad.

Luchar cansa. De ahí las pequeñas violencias diarias. Cada “no” es eterno en su pequeña transitoriedad.  ¿Por qué no toleramos puertas cerradas ante nuestras narices? Porque queremos tener visas para esos pequeños países personales que nos están vedados. No comprendemos cuando del otro lado hay silencio. Es un fantasma temible que deseamos exterminar, invadiéndolo.

Hay que poder estar triste y cansado, enfermarse un poco, un poco nada más. Hay una moda maníaca, un apego maligno a la alegría. 

Por eso es deseable y perfecta la tristeza. O quizás sea un ansia de una infinita aceptación, de un abrazo ciego que abarque toda nuestra oscuridad.

Geraldina Mendez


lunes, 8 de junio de 2015

Desamor

Encrucijadas. El piso se mueve y de repente no sabes dónde estás, excepto que ya no en hibernación sino en un punto vivo. Abres la mano y lo que creías tener de repente vuela de entre tus dedos, se lo lleva el viento como vilanos. Lo que creías había impreso un sello es barrido por una marea de otras aguas como pasos de gaviota en la arena y te encuentras perdido, sin saber qué habías escrito, sin palabras, sin fuego, justo después de haberlas dicho, como una maldición de lo innombrable, una prueba de labios que debieron permanecer sellados, sin decir.

Callas y en el silencio se agazapa la nada dispuesta a saltar como un tigre blanco. Se borran misterios, nuevos signos reemplazan otros familiares y el corazón duda, siempre duda, retrocede, mira hacia otro lado, volando como un pájaro indeciso que no sabe de qué se alimentará a continuación. 


Geraldina Mendez



miércoles, 18 de marzo de 2015

Apología de la soledad y el silencio


La soledad es eso sin lo que nada se hace.
Marguerite Duras

Allí, en ese lugar solo, abandonado de los otros, es donde verdaderamente somos, sin tener que responder a banalidades con banalidades. Allí donde vivimos cuando escribimos. Allí en la soledad y el silencio estamos desnudos y somos libres y salvajes como nunca podemos serlo en compañía de los demás. La soledad es el  tesoro, el secreto. El silencio es permitirse movilidad, no atarse a los tótems de lo declarado con anterioridad. No se dice nada, no hay compromiso y se puede cambiar el camino sin la molestia de tener que explicarse ante aquellos que creen que nos poseen porque han sabido de alguna vuelta momentánea y caprichosa. No: no pueden poseernos por tenernos por un momento. No hay eternidad. La única verdadera pertenencia es a la soledad, la única fidelidad posible. En la soledad y el silencio se encuentra todo aquello que es humano y eterno, lo único que puede trascender, sobrevolar la vida. Nada que no esté incluído en ellos sobrevivirá, no importa su inmensidad o intensidad o el apego que nos una a ello: todo desaparecerá menos la soledad y el silencio. Ambos ganarán la batalla por sobre todas las cosas porque son hermanos de la muerte.

Geraldina Méndez


sábado, 14 de marzo de 2015

Death only

Death only
the heart passing through a tunnel
dark dark dark
Pablo Neruda

Death took off early
early rose the sun
early your head rolled over the pavement
Miguel Hernandez

Death is our legacy. It fulfills everything, it commands everything “dressed as an admiral”(Neruda). Shrunk, every day we hear the hum of the sickle that passed by and sigh with the relief of who wasn’t hit by it today. But death is jacking its nails into the flesh of others, it has gripped our country by the neck. Every day death looks straight in someone’s eyes. Meanwhile, many people look away, and they talk about hope and about battles not lost yet. But we did loose the war against darkness. Children where killed, grandparents committed suicide. We will never be the same. It is not the flag that has changed. The country where we were born is gone and will never return. And what will come out of this land soaked in blood? More empty words, endless babbling, or words like bullets that hit heads? Or more heads that turn away, avoiding the sight of the misfortune of others? Because if you think it's not about you, that it’s not going to happen to you, wait.

"They will call me, they will call us all.
You, and you, and me, we’ll take turns,
around glass lathes, before death.
And you’ll be exposed, we all will
be hit wham! by a bullet.

You know well. They’ll come
for you, for you, for me, for everyone.
And
for you. "
(Blas de Otero)

And when you think it’s not about you, they win. Because that’s what they wanted: to dismember us, to separate us, they wanted one pointing to the other not only for accusing each other, but for alienating the rest from the fate of the one who was reached by death today. Stateless they call us, but they made us stateless because they stripped us of our country, they are stealing it from us daily. But no, do not tell me that we will win, that we have not lost yet, because when a child is killed they killed my child and if an inmate committed suicide I lost a grandfather and if they killed the owner of the arepera they killed a friend of mine and when someone is arrested no one in this country is free.



Geraldina Mendez


Sólo la muerte

el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro
Pablo Neruda


Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
 Miguel Hernández



La muerte es nuestra única herencia. Todo lo llena, todo lo comanda "vestida de almirante" (Neruda). Encogidos, cada día oímos el zumbido de la hoz que pasó cerca y suspiramos con el alivio de a quien hoy no le tocó. Pero la muerte hinca sus uñas en las carnes de otros, tiene a nuestro país agarrado por el cuello. Todos los días la muerte mira a alguien directo a los ojos en Venezuela. Mientras tanto, muchos vuelven el rostro, y hablan de esperanza y de batallas aún no perdidas. Hemos perdido la guerra contra la oscuridad. Han muerto niños, abuelos. Nunca seremos los mismos. No es la bandera la que ha cambiado. El país donde nacimos ya no existe y jamás volverá. Y ¿qué saldrá de esta tierra empapada en sangre? ¿Más palabras vacías, interminables, o palabras como balas que atraviesan cabezas? ¿O más cabezas que voltean en otra dirección ante la desgracia que creen ajena? Porque si crees que no es contigo, que a ti no te va a pasar, espera. 

"Me llamarán, nos llamarán a todos. 
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos, 
en tornos de cristal, ante la muerte. 
Y te expondrán, nos expondremos todos 
a ser trizados ¡zas! por una bala. 

Bien lo sabéis. Vendrán 
por ti, por ti, por mí, por todos. 
Y también 
por ti."
(Blas de Otero)

Y mientras crees que no es contigo, ganan. Porque eso querían: desmembrarnos, separarnos, que unos a otros nos señaláramos, no sólo acusándonos, sino desligándonos del destino de aquel a quien alcanzó la muerte hoy. Apátridas nos llaman, pero ellos nos convirtieron en eso, porque ellos nos despojaron de nuestra patria, ellos se la roban a diario. Pero no, no me digan más que ganaremos, que no hemos perdido, porque cuando matan a un niño me lo matan a mí y cuando un abuelo preso se suicida se me muere a mí y cuando matan al señor de la arepera me lo matan a mí y cuando alguien está preso nadie en este país está libre.


Geraldina Méndez




martes, 10 de marzo de 2015

The impalpable country

Nous venons d'un monde irréparable

Hélène Dorion


Having been deprived of our country makes us citizens of an impalpable one. Let us dwell on the suffering, for a moment. Let's not avoid it with a hasty and trashy positivism. In dispossession we must sink, we must let its viscosity cross our nostrils and invade, oily and dark, our lungs up to sobbing, which we restrain on a daily basis. Let's drown in these shifting sands where everything that does not move is sinking and what is desperately agitating itself, sinks faster. The dispossession has its own beauty. The country where we were born is now alive  only in that absurd corridor in which we find ourselves lost in time, lost in the chronology of our history, in the momentary oblivion of everything that we could not achieve, of everything that we didn't possess. Perhaps even more alive in the scorching awareness of what we have lost. Denial and indiference are inadmissible. Because that's what's left of life in our country: to continue doing what we do but branded by the death angel that has marked all our doors. That way we give ourselves back the country that we can't touch anymore.


Geraldina Mendez

El país impalpable

Nous venons d'un monde irréparable

Hélène Dorion


El haber sido despojados nos hace ciudadanos de un país impalpable. Detengámonos en el sufrimiento, por un momento. No lo evitemos con un positivismo apresurado y de pacotilla. En el despojo hay que hundirse, dejar que su viscosidad atraviese nuestras fosas nasales e invada, marea negra, nuestros pulmones hasta el sollozo, cada día contenido apenas. Ahoguémonos en estas arenas movedizas donde todo lo que no se mueve se está hundiendo y aquello que desesperadamente se agita, se hunde más rápido. El despojo tiene su propia belleza. El país donde nacimos ahora vive ahí, en ese corredor absurdo en el que nos encontramos, perdidos del tiempo, de la cronología de nuestra historia, en el olvido momentáneo de todo lo que no pudimos, de lo que no tuvimos. Quizás aún más vivo en la consciencia calcinante de lo que hemos perdido. La negación y la indiferencia son inadmisibles. Porque esa es la vida que le queda a nuestro país: que sigamos haciendo lo que hacemos pero signados por este ángel exterminador que ha marcado todas nuestras puertas. Así nos devolvemos ese país que ya no podemos tocar. 


Geraldina Méndez

martes, 24 de febrero de 2015

Мертвые дети

 "(...)и по улицам кровь детей
текла, просто, как кровь детей."

Пабло Нэруда


В Венесуэле убивают детей. В Венесуэле ребенок становится на колени перед домом губернатора, с его грудью размазанной кровью убитого брата. Смерть осадила нас, она вокруг нас, преследует нас, ожидая за каждым углом. Дети уходят из дома и никогда не возвращаются. Сыновья, друзья, братья,одноклассники умирают. Их убивают. Венесуэлa - скотобойня. Запустение торжествует. Каждый из этих мертвых детей наших является одним из тех «шишки ненависти Бога" (Сесар Вальехо). Такому трауру нет конца. Дети убийцы. Дети убивают детей.

Геральдина Мэндес 

Dead children

(...)and in the streets children's blood 
 flowed simply, as children's blood.

Pablo Neruda
In Venezuela the children are being killed. In Venezuela a boy kneels down in front of a governor's house, his chest is stained with his little brother's blood. Death has lead us into a state of siege, it's all around us, is haunting us, is waiting for us around every corner. The children get out of their homes and will never come back. The sons are dying, the friends, the brothers, the classmates are dying. They're being murdered. Venezuela is a slaughterhouse. Devastation succeeds. Each and every one of these dead children of ours is one of those "strikes from the hatred of god"(Vallejo). This mourning never ends. The killers are children themselves. The children are killing children.

Geraldina Mendez

Niños muertos

(...)y por las calles la sangre de los niños 
corría simplemente, como sangre de niños.

Pablo Neruda


En Venezuela matan a los niños. En Venezuela un niño se arrodilla frente a la casa de un gobernador con el pecho lleno de la sangre de su hermano asesinado. La muerte nos tiene sitiados, nos rodea, nos acecha, nos espera detrás de cada esquina. Venezuela es un matadero. Niños salen de sus casas y más nunca regresan. Se mueren los hijos, los amigos, los hermanos, los compañeros de clase. Los matan. La desolación triunfa. Cada uno de estos niños muertos nuestros es uno de esos "golpes del odio de dios". Este luto que no termina. Niños asesinos. Niños matando niños.

Geraldina Méndez